Cuántas veces cuando le hablas a tu hijo, se queda pensativo y no hace nada de lo que le estabas diciendo? Si, ya sé que no te alcanzan los cabellos en la cabeza para contar… pero no todo está perdido!
No es nuevo que desde la medicina y la psicología, pasando por la filosofía, hasta la educación, ha habido una eterna lucha por defender el punto de vista de que los niños no son una versión imperfecta de los adultos y que cuando su comportamiento (elecciones, verbalizaciones, movimientos) se aleja de lo que haría una persona “grande”, es un ERROR.
Los niños no son Oompa-Loompas! (o adultos enanos) . Una prueba reciente de ello es este artículo que me mandó una amiga “Why toddlers don’t do what they’re told” (Por qué los niños pequeños no hacen lo que se les dice).
Esta investigación apoya la idea de que el pensamiento infantil sigue un patrón de desarrollo muy particular (Oh, Piaget, qué grande eres!) y sugiere que los niños de 3 años en lugar de planificar sus acciones, recurren a su memoria cuando están frente a una tarea.
Traducido al español esto quiere decir que no necesariamente te están desafiando o desobedeciendo sino que:
- Responden mejor cuando apelas a algo que ya sucedió que cuando les hablas en términos de causa y efecto o de algo que no han vivido,
- que tu instrucción es información útil que van a usar cuando la necesiten, y
- que siempre que se pueda, hay que dejar que los niños experimenten las consecuencias naturales de sus acciones para que comiencen a hacer asociaciones causa-efecto y su pensamiento se desarrolle en esa dirección.
Por ejemplo: Están en el parque, se quitó los zapatos, y se dirige hacia donde están unas piedras. De nada sirve que le digas el consabido “ponte los zapatos porque te puedes hacer daño” con la esperanza de que se los ponga. Respira profundo y recuerda que tu intención debe ser DAR INFORMACIÓN:
- Menciona una ocasión anterior en la que el/ella u otro niño se hayan lastimado, “Te acuerdas el otro día que caminaste sin zapatos por las piedras? Qué te pasó?”, o
- Decirle, “tus zapatos están aquí, póntelos para ir a caminar en las piedras.”,
- Deja que pise un par de piedras y cuando te mire con cara de circunstancia, señálale los zapatos. (Por favor, no le digas TE LO DIJE! O AJÁ, VISTE?)
Un buen recurso es aprovechar los cuentos, las películas o programas infantiles bien para asociarlo con experiencias vividas o para traerlos a colación cuando sea oportuno. “Ah, mira, igualito como le paso a Rayo McQueen (Cenicienta, Caillou, Mickey, el sapo distraído, la osita,…)
Es decir, que:
- Tener expectativas realistas de “obediencia” evita que te pases todo el día estresado y molesto y tengas una mejor relación con tu hijo, y
- Que lo que hemos venido haciendo toda la vida es perfecto, solo que ahora entendemos por qué…
Buena suerte!
Fuentes:
http://health.msn.com/health-topics/articlepage.aspx?cp-documentid=100235228>1=31045
http://parentingtoolbox.com/hbuild/consequences.htm
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