Ahora entiendo perfectamente eso que dicen de "los terribles dos". Me refiero a los comportamientos que empiezan a aparecer en esta etapa de mi adorada hija, Alejandra.
Eso de la "terribilidad" aunado a la inteligencia de la tipa es un coctel bastante peligroso porque se hace bien difícil eso de lograr que haga lo que "tiene" que hacer o que deje de hacer lo que no debe... además que dá una risa verla "portarse mal" que es casi imposible "disciplinarla" sin morirse de la risa...
Para este propósito San Nicolás y el Niño Jesús me habían prestado un buen servicio. Me explico: Desde que empezó a ponerse tremenda y hasta el mismo 24 de Diciembre, los susodichos eran mentados con gran frecuencia a cuento de que se iban a poner tristes si sabían que Alejandra escupía la comida, que desarmaba los teteros y echaba su contenido en la cuna, que le daba la comida a caraota (la perrita), que se encaramaba en la cocinita de juguete para asomarse y ver por la persiana, que se revolcaba tipo huracán en la mesa de cambiar y agarraba todo cuanto estuviese a su alcance, que se comía la plastilina (este asunto persiste, si...) y/o la comida de caraota y/o la pasta de dientes (o el "fresco" como la llama ella), etc., etc. ; o que si San Nicolás y el Niño Jesús entraban a la casa a buscar la carta o dejar los regalos y veían el desastre de los juguetes iban a decir "Oh no! En este desastre no se encuentra nada, mejor me voy"...
La sola mención de estos personajes obraba maravillas en el comportamiento de Ale... pero ahora que pasó la Navidad COMO HACE UNO PARA EDUCAR A LOS HIJOS!!!!???? Voy a tener que ponerme extremadamente creativa (se aceptan sugerencias de padres experimentados).
Ya Ale quiere hasta decidir qué quiere hacer y para dónde va o no (el otro día me dijo que no quería hacer diligencias, que se quedaba en la casa con la abuelita), cómo se viste (nada puede tapar su franelita de encaje), qué come (por ejemplo, desayunar, almorzar y cenar panquequitas) y entra uno en el dilema de hasta dónde llegar porque por ningún motivo queremos que deje de tener esa claridad de saber y expresar lo que quiere. Cuándo sí decide y cuándo no? A veces es fácil, pero a veces no... y SOLAMENTE TIENE DOS AÑOS!!!!
Bueno, que Dios, el Niño Jesús y San Nicolás me agarren confesada, me iluminen, me den sabiduría y mucha vida para hacerlo lo mejor posible y seguirme divirtiendo...
FELIZ NAVIDAD!
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