... unos que te hacen sonreír y otros que te hacen llorar.
Hoy me encontré con al menos uno de cada uno.
Uno me hizo llorar aunque era hermoso y no me hizo nada... solamente me dí cuenta que era la imagen de lo que yo soñaba para mí; era el vivo retrato de lo que yo creía que iba a estar haciendo para mis veintitantos años... y lloré porque me sentí perdida, porque no encuentro esa energía que yo sé que tengo y que otros me dicen que han sentido, porque tengo canas que ya el tinte no tapa, porque me dió miedo darme cuenta de lo que puede suceder a mis sueños para dentro de veinte años, porque me entró la urgencia de florecer, porque me sentí tan de mentira, porque no me gusto lo que ví en el espejo...
Y otro me hizo sonreir, por su mensaje de amor y solidaridad, que estaba escondido allí hace un montón de días pero que me llegó al corazón justamente cuando necesitaba una caricia...
Otro me hizo llorar porque me quedé esperando escuchar su voz que tanto extraño, porque fue patente la distancia...
Y otro dos me hicieron sonreir cuando lo vi dormir apurruñados...
Los ángeles me dieron muchos mensajes, tengo mucho que pensar y que hacer. Por lo pronto mañana empieza un día nuevo, con heridas nuevas que me van a recordar que solamente de mí depende mi destino, con razones nuevas para reordenarme... deseando esta vez no errar el rumbo.