jueves, 8 de enero de 2009

No?

Mi hija de tres años está pasando por una etapa muy interesante, y es que ya tiene unos repertorios de manipulación sorprendentes. Al mismo tiempo, está poniéndonos a prueba constantemente, a ver dónde le ponemos el límite…

Esto me tomó por sorpresa y de pronto me encontré que me pasaba todo el día diciendo NO. Ya hacia la tarde-noche, no tenía ni idea si podía ser un SI, pero a esa hora ya estoy tan cansada que recurro a la vieja estrategia de “porque NO, y punto”.

He estado pensando (y sintiendo) que el NO se me está gastando. Lo noto en que se “desconecta”cuando empiezo a explicar por qué NO o en que “no obedece”, o en que le pregunta a otro adulto (llamese abuela o papá)

No quisiera por nada del mundo que Alejandra se sintiera “atrapada sin salida” pues en la medida en que dices NO por un lado, ella puede tratar de buscar dar salida a ese impulso por otro lado; bien sea inventado algo nuevo, o gritando más fuerte, o haciendo algo peligroso. Quisiera que ella aprendiese de autonomía y no de culpas, miedos y vergüenzas; así que me di a la tarea de investigar un poco sobre las alternativas al NO y aquí van algunas recomendaciones:

1. EL TONO DE VOZ: No grites a menos que la casa esté en llamas. El gritar muestra descontrol y falta de respeto (hacia ti mismo y hacia los demás). Cuando sientas que estás a punto de gritar, cuenta hasta 10, respira profundo y luego dí lo que tengas que decir.
2. PREGUNTAR: Prueba de vez en cuando pregunta en lugar de decir qué hacer. Por ejemplo: en lugar de decir, “cepíllate los dientes” puedes decir “qué hacemos después de desayunar?
3. ESCOGER: Cuando sea posible, da la instrucción con 5 o 10 minutos de antelación, así disminuyes la resistencia e incrementas la posibilidad de obediencia. Por ejemplo: en lugar de decir “Nos vamos”, prueba decir “Nos vamos dentro de 10 minutos, qué es lo último que quieres hacer, columpio o tobogán?” o también, en vez de decir “recoge tus juguetes ya” puedes decir “cuando se acabe el programa que estás viendo, recoges los juguetes”.
6. HAZLO TU: Cuando no prefieras no hablar o en caso de que tu hijo sea muy pequeño y la instrucción sea compleja, puedes simplemente tomar acción. Por ejemplo, en lugar de decirle “Siéntate aquí” (por décima vez) cárgalo y siéntalo donde corresponde.
7. USA EL SENTIDO DEL HUMOR: eso ayuda tanto al padre como al hijo. Siempre que puedas, disminuye la tension hacienda alguna broma. Por ejemplo, en lugar de decir “Escúchame que te estoy hablando” llama su atención con un juego como “Ay, aquí viene el gusanito a despertar a los niños que no oyen.” (si no funciona, por lo menos se rieron un ratico).
8. RUTINAS, RUTINAS: tener una rutina ayuda a evitar la necesidad de dar órdenes constantemente. El niño sabe lo que viene o lo que se espera que haga.
9. PACIENCIA: a veces nos olvidamos que ciertas cosas toman tiempo aprenderlas. Cuando haya habido algunos cambios (vuelta a clases después de vacaciones, mudanza, entre otros) es normal que todos nos sintamos fuera de lugar y necesitemos un tiempo para “recordar” o reconstruir nuestras consistencias.
10. BUENAS SALIDAS: en lugar de decir NO de plano, puedes postponer o decir cuando SI. Por ejemplo, a cambio de decir No puedes decir: Claro que sí, después que…; Si, mañana; Si, primero esto y luego….; Déjame pensarlo…; Lo puedes hacer en el parque…

Quisiera terminar este post con una última reflexión personal. Se trata de tener expectativas realistas sobre nuestra labor como padres. No esperemos ser perfectos sino poner empeño en mejorar la calidad de la relación con nuestros hijos.

Buena suerte!

Fuentes:
http://www.positivediscipline.com/articles/no.html
http://www.supernanny.com/Advice/-/Your-child/-/Child-care/Alternatives-to-No.aspx

No hay comentarios:

Publicar un comentario