jueves, 26 de febrero de 2009

Los zapaticos me aprietan…

“Si yo volviera a ser niño” es el nombre de uno de los libros más hermosos que he leído. Su autor es Janusz Korczak. Trata de la historia de un hombre que deseó con toda su alma volver a la infancia. El truco está en que regresa, pero su mente sigue siendo adulta… y créanme, que la historia es bien dura y aleccionadora.

… y eso me recuerda algo que me dijo Elí en el último programa: ser hijo no es nada fácil.

… y eso me lleva a recordar el consejo que me dio mi suegrita, Cecilia, mucho antes de yo ser mamá. Ceci dice que para criar a los hijos, comprenderlos y mantener una buena comunicación lo que hay que hacer es tratar de acordarse cómo pensaba uno cuando tenía esa edad y razonar desde ahí.

Has tratado en algún momento de recordar las partes no tan idílicas de la infancia?

- TODO el mundo te da órdenes y te dice qué hacer (mamá, papá, abuelos, hermanos, maestros, la vecina…) y a veces son órdenes confusas y/o contradictorias!

- NADIE te comprende y tú tampoco comprendes el por qué de tantas cosas (Cómo es que yo quiero jugar AHORA y no puedo? Por qué no puedo quedarme despierto HASTA LA HORA QUE QUIERA? Por qué no puedo ir sin suéter si YO NO TENGO FRÍO? Qué es eso de LA SEMANA QUE VIENE? Qué significa AHORA NO PUEDO COMPRARTE ESO?)

- TIENES que pedir ayuda constantemente porque no alcanzas, no tienes fuerza, no sabes cómo se hace, te la pasas cayéndote…

- NO QUIERES IR AL COLEGIO… y punto!

- No tienes ni idea de cómo expresar o canalizar algo que sientes (miedo, vergüenza, tristeza, rabia) y no sabes cómo TERMINAS “PORTÁNDOTE MAL”… y todo sale peor.

- NO ENTIENDES cómo te descubrieron la mentira…

La idea de esta enumeración no es mostrar una perspectiva pesimista de la infancia… jamás. Su propósito es que no subestimemos los “rollos infantiles”, que recordemos que ser niño tampoco es fácil, pues estás "a merced de fuerzas externas, internas y extrañas" la mayor parte del tiempo.

Como padres siempre, antes de dar un sermón, instrucción o felicitación, debemos tratar de pensar por qué nuestros hijos están actuando de determinada manera. Pero no desde la perspectiva adulta, sino la del niño. Desde allí nos haremos entender mejor, comprenderemos mejor y seremos más efectivos.

Un ejemplo sencillo, quién no ha oído el NO ME AYUDES o YO LO HAGO SOLO. Da mucha ternura y a veces risa (y algunas veces no mucha risa por los desastres que ocasionan tales iniciativas) ver a los niños abotonarse el suéter saltándose un botón, ponerse la franela al revés, escribir una palabra comiéndose una letra, casi tumbar la pecera porque hay que bañar al pececito

Y cuántas veces en lugar de sonreír, premiar el esfuerzo (y la creatividad) y aceptar los errores como parte del proceso, APURAS, CORRIGES, SOBRE ESTIMAS las consecuencias… todo eso desgasta tu influencia sobre tu hijo, tu relación con él y tu tolerancia.

ESCOGE TUS BATALLAS. Guarda tu energía para aquellas cosas realmente importantes, que tengan un impacto a corto y/o mediano plazo, o que afecten a terceros.

EXPLICA, EXPLICA, EXPLICA. El formato "Si...entonces..." es el mejor. TEN PACIENCIA que algún día entenderá, completará la frase solito, e incluso te soltará unas de su propia elaboración.

Qué crees que pasaría si no apuraras tanto, si no corrigieses tanto y todo, si te detuvieses por un segundo a sopesar las consecuencias de ese “error”? Qué es más importante, el orgullo que siente tu hijo de haberse puesto el suéter solito o que se lo ponga “BIEN”? Qué pasa si sale con el suéter medio torcido? Te apuesto que más de uno sonreirá… y el que no sienta ternura “que Dios se apiade de su alma".

Así que, parafraseando a Cecilia, NUNCA DEJES DE PONERTE LOS ZAPATOS CHIQUITOS.

Buena suerte!

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